"Usualmente tengo que reconocer que la necesidad de "hacer algo especial" nació de un espíritu incansable. En ese tipo de personas que querían dedicarse a si mismos a tareas más magníficas, pues aquellas que estaban frente a ellos no los satisfacían. Muy seguido, también, era evidente que habían sido llevados a sus decisiones por otras consideraciones. Solo una persona que puede encontrar valor en cualquier tipo de actividad y dedicarse a si mismo a cada una de ellas con una conciencia plena del deber, tiene el derecho interior de tomar como objeto alguna actividad extraordinaria en vez de aquella que recae naturalmente en su terreno. Solo una persona que siente que su preferencia es un asunto, claramente, no como algo ordinario, y que además no tiene pensamientos heróicos -pero solo reconoce el deber asumido con sobrio entusiasmo- es capaz de convertirse en el aventurero espiritual tal como el mundo lo necesita. No hay héroes de acción: solo los héroes de la renuncia y el sufrimiento. De esos hay muchos. Pero muy pocos son conocidos; incluso éstos, no para las masas, sino que solo por unos pocos".
-Albert Schweitzer, Out of my life and thoughts-
Nació en Kaysersberg, 1875 - murió en Lambaréné, 1965. Hijo de un pastor protestante. Fue teólogo, filósofo y musicólogo francés. En el año 1953 le fue otorgado el Premio Nobel de la Paz. Tras finalizar sus estudios en medicina en 1913, se trasladó a Gabón, África, con su esposa en donde estableció un hospital cerca de una misión ya existente. Allí trató y atendió literalmente a millares de pacientes. Tomó a su cargo el cuidado de centenares de leprosos, y trató a muchas víctimas del mal africano "enfermedad del sueño". Su lema era la "Reverencia por la Vida"....cosa que hizo...con todas sus letras.
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