En el Buddhadharma, la fe no es una fe ciega, sino que es templada y probada por medio del razonamiento e investigación. Nagarjuna dice en su texto llamado "La Guirnalda Preciosa":
"Teniendo fe, uno confía en el Dharma;
teniendo sabiduría, uno comprende de verdad.
De estos dos, la sabiduría es el jefe;
pero la fe es su requisito previo".
A este punto, la devoción es la que revela la naturaleza íntima de la mente. Patrul Rinpoche explica:“La innata sabiduría absoluta puede venir solamente
como una señal de haber acumulado mérito, purificado las obscuraciones,
y recibido las bendiciones de un maestro realizado.
Comprende que confiar en cualquier otro medio es absurdo”.
"A medida que desarrollas una fe absolutamente más allá de lo normal, por su poder, las bendiciones del maestro y de las tres joyas entrarán en ti. Entonces, la realización verdadera se presentará y sentirás una fe y una confianza aún más extraordinarias e irreversibles en la naturaleza de tu maestro y en las tres joyas. De esta manera, la fe y la realización del estado natural de la mente se apoyan mutuamente".
El camino de la devoción se convierte en un entrenamiento de la mente en lo que se conoce como “percepción o visión pura”, y a medida que la profundizas, todo se experimenta como exhibición de la sacralidad y la pureza infinitos. Este mismo mundo que existe sobre nosotros se presentará como nuestro verdadero maestro espiritual.
Sin embargo, la devoción en cualquier grado siempre seguirá siendo inteligente. Las enseñanzas explican cómo, antes de tomar cualquier persona como maestro espiritual, es crucial que el estudiante examine al maestro por muchos años, y el maestro a su vez examine a su estudiante por muchos años. Las cualidades de un profesor verdadero también se ejemplifican en gran detalle en los textos de las enseñanzas budistas al respecto.
Ahora, ciertas cosas se deben entender claramente sobre la devoción antes que cualquier cosa:
- La devoción verdadera no es una adoración estúpida.
- No es la abdicación de tu responsabilidad sobre ti mismo.
- Ni tampoco el seguir indiscriminadamente la personalidad y los caprichos de un maestro espiritual.
- La verdadera devoción es lúcida, con los pies en la tierra e inteligente.
- Sobre todo, nunca debe ser confundida con las emociones ordinarias, o aflictivas.
Entonces, la devoción es un beneficio para nadie más que tu mismo. Todo el punto esencial de ella, es ayudarnos a liberarnos permanentemente de “agarrarnos” del ego, así que la devoción verdadera no es para nada una “dependencia”, al contrario, es una liberación.
Fuente: Sogyal Rinpoche. Conferencia de profesores budistas occidentales (California en junio de 2000).
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